Grow Green Valencia es un proyecto que busca comprobar la efectividad de las conocidas como Soluciones Basadas en la Naturaleza en ámbitos urbanos, para combatir y mitigar los efectos del cambio climático en la ciudades. Busca también aplicar actuaciones novedosas dentro del urbanismo que se sabe que funcionan pero que han costado tiempo en ser aceptadas y puestas en práctica en los nuevos proyectos urbanos. Varias de esas acciones las han puesto en práctica el equipo de Bipolaire Arquitectos, como socios del proyecto Grow Green Valencia, junto con Las Naves, Paisaje Trasversal, la Universidad Politécnica de Valencia y otros socios, en el Barrio de Benicalap .
Es habitual que los entornos construidos sufran algunos efectos derivados de la falta de naturalización del espacio público. La naturaleza a parte de ofrecer sombra y proteger de la radiación solar, ayuda a regular la temperatura del aire ambiente gracias a la evapotranspiración de las plantas y reducir así la temperatura ambiente en verano. Por otro lado la gestión de las aguas de lluvia es más fácil con suelos vegetados, ya que la capacidad de infiltración del agua al subsuelo la realizan las raíces de las plantas y la porosidad del suelo lleno de materia orgánica.
Sin embargo en las ciudades los suelos suelen sellarse con materiales pétreos por cuestiones de simplicidad. Pero el sellado de los suelos urbanos con las calles y aceras asfaltadas y hormigonadas tiene dos efectos negativos: por un lado la temperatura del suelo es mucho mayor, calentándose con la radiación solar y emitiendo ese calor de vuelta al ambiente, y en caso de lluvia el suelo es impermeable.
Así ocurre que construimos ciudades que en verano alcanzan varios grados de temperatura ambiental más que la que se alcanza a las afueras, efecto conocido como isla de calor urbana, y por otro lado, cuando llueve en cantidades elevadas, perdemos el agua de lluvia que además acaba arrastrando muchas partículas contaminantes y ese agua luego debe ser depurada.
Con el proyecto del Bosquete y el Corredor Verde-Azul han querido poner en práctica estas soluciones basadas en la naturaleza en la construcción de un bosque urbano y la reforma de un eje urbano del distrito de Benicalap. El Bosquete es un pequeño jardín urbano enclavado entre el consolidado Parque de Benicalap y la huerta de Valencia, sirviendo de conexión entre ambos pero con unos principios que lo hacen diferente de un jardín normal.
El Bosquete busca por un lado que se establezca un bosque mediterráneo urbano gracias a la introducción de especies autóctonas que no necesitarán cuidados y riegos constantes, pues la idea es que las plantas y árboles sean las adaptadas al clima local. Por otro lado, el diseño del Bosquete, mediante tres cuencas de captación, permite que el agua de lluvia se acumule poco a poco en estas cuencas y se infiltre lentamente en el terreno, para ser aprovechada por los árboles. El sobrante en eventos de mucha lluvia será enviado al sistema de alcantarillado, pero ya filtrado por la plantas y libre de partículas contaminantes.
El Bosquete además se ha diseñado de forma que sirva para dar sombra y cobijo en los calurosos días de verano. Las copas de los árboles, cuando ya estén bien establecidos, crearán un dosel bajo el cual la temperatura ambiente será menor, ya que la radiación solar habrá sido reducida por las hojas de lo árboles. Estos bosquetes son muy necesarios en las ciudades mediterráneas para dar respiro a sus habitantes en olas de calor por ejemplo o en las difíciles noches tropicales, donde se hace difícil dormir por las altas temperaturas. También por el impacto social y ambiental que tienen gracias a sus funciones como espacios de calidad y para el hábitat de la flora y la fauna de las ciudades.
El Corredor Verde-Azul tiene objetivos similares pero en este caso se trata de un eje urbano consolidado que había que ablandar con pavimentos permeables y con mayor presencia de vegetación. Es habitual en nuestras ciudades ver árboles maduros cuyas raíces sobresalen del alcorque, incluso rompen el pavimento y el bordillo, debido al poco espacio que se les da.
Estos ejes viarios, generalmente pavimentados en su totalidad, no son capaces de gestionar bien la escorrentía proveniente de las lluvias. Así en el Corredor se han sustituido los pequeños alcorques de 1 x 1 metros por largas jardineras donde además se han introducido especies arbustivas y por otro lado se han sustituido pavimentos de hormigón o asfalto por adoquines que permiten un tránsito confortable y al mismo tiempo el filtrado del agua del lluvia.
Se ha incorporado sensores que van a permitir estudiar el efecto positivo que este diseño conlleva en la recogida de las aguas de escorrentía en los sumideros. Se podrá estudiar qué cantidad de agua pasa por ahí y qué cantidad de materia arrastra. Es de sobra conocido que en varias ciudades mediterráneas se han construido grandes depósitos urbanos de recogidas de aguas pluviales debido a la gran cantidad que se puede almacenar el eventos torrenciales. En Valencia tenemos uno en la zona de la Malvarrosa, cerca del mar.
El agua de esos depósitos no se puede enviar directamente a los cauces de evacuación normales pues va muy sucia y normalmente es necesario depurarla antes. Así estos depósitos de laminación son infraestructuras bastante costosas y forman parte de las denominadas infraestructuras grises. Los sistemas aplicados en el Bosquete y en el Corredor, conocidos como sistemas urbanos de drenaje sostenibles (SUDS), tienen un efecto tanto ambiental como económico en la gestión del agua en una ciudad. Son más económicos de construir y se califican como infraestructura verde.
En una situación ideal ese agua no llegaría a estos depósitos si no que se infiltraría en el subsuelo para la recarga de los acuíferos. Esto es lo que se pretende con los SUDS en general y con estos sistemas de drenaje en particular.
Dentro de los impactos más significativos del Bosquete-Corredor, obtenidos mediante las SBN podemos destacar los siguientes:
Adaptación y mitigación al cambio climático: gracias al uso de la de la vegetación se consiguen espacios con variaciones de temperatura menores, más cercanas a la zona de confort para el ser humano. Por otro lado la vegetación tiene un impacto positivo en la calidad del aire, la amortiguación del ruido, la infiltración del agua de lluvia, beneficios todos que nos ayudan a crear entornos más resilientes frente al cambio climático.
Manejo del agua: el diseño de la topografía juega un papel fundamental en el aprovechamiento del agua de lluvia. Se ha estudiado de forma que en eventos de lluvia intensa, el agua se retenga, se infiltre y se aproveche en mayor medida por la vegetación, evitando la escorrentía superficial por las calles.
Biodiversidad y conectividad: este bosquete se convierte en un refugio de especies y en un banco de semillas dentro de un entorno urbano. Con el uso de especies locales se potencia el establecimiento de fauna local y se crea una reserva de especies vegetales que puede ayudar en el mantenimiento de las mismas en un futuro, siendo un punto caliente en caso de una futura restauración pasiva de espacios abandonados cercanos. La fauna dispersará esas semillas en las áreas cercanas que puedan ser aptas para una recuperación de la naturaleza sin intervención humana.
Regeneración Urbana: las zonas verdes, los espacios abiertos y de esparcimiento ayudan a la mejora de la calidad urbana, estética y ambiental de zonas en riesgo de degradación o aisladas del núcleo urbano. El proyecto ha conseguido transformar un solar que servía de aparcamiento en un bosque que sirve de entrada al consolidado Parque de Benicalap y genera una transición con la huerta. Siendo además un elemento de mejora del entorno de dos alquerías protegidas de la ciudad, Alquería dels Moros y de la Torre, que también han sido rehabilitadas o están en proceso. Por otro lado el Corredor ha servido para regenerar una Plaza asfaltada en un nuevo punto de encuentro del vecindario, gracias a la vegetación y la pérgola. En definitiva, ambos elementos, Bosquete y Corredor, sirven para unir elementos significativos del barrio del Artista Fallero, acompañando al peatón con vegetación y sombra.
El proyecto Grow Green Valencia, es un proyecto del Ayuntamiento de Valencia coordinado por el espacio de innovación Las Naves junto a otros socios, en el Barrio del Artista Fallero, en el distrito de Benicalap. Se han implementado una serie de actuaciones y proyectos de reforma urbana a través de las conocidas como soluciones basadas en la naturaleza (SBN), que buscan testar y comprobar los efectos positivos e impactos que estas soluciones tienen en entornos urbanos para la mitigación y adaptación de los efectos del cambio climático.